Mary Carmen, Mary Carmen
la de ojos siempre cual sorprendidos
tras los cristales de sus grandes gafas redondas,
Mary Carmen, Mary Carmen
la del caminar deprisa con sus pasos cortos
que parece más bien que van volando a ras de suelo,
Mary Carmen, Mary Carmen
libremente humilde y servicial que siempre dice “sí”
por más difícil que sea lo que se le pide,
Mary Carmen, Mary Carmen
que habiendo estado el tiempo justo, en el vivero
ahora crece y se extiende, a todos los aires,
Mary Carmen, Mary Carmen
que desde la hondonada franciscana del valle Jordán
sube gozosa a lo alto del Monte Carmelo,
Mary Carmen, Mary Carmen
sorprendida, rauda, servicial, florecida, absorta;
buscas a Dios detrás de cada cosa y de cada ser humano,
¡y lo encuentras, Mary Carmen, Mary Carmen!
Alfredo Rubio de Castarlenas