Fiit +
Soneto con estrambote a Enrique Castillo generoso amigo
Románicas iglesias transportadas
posee Nueva York en sus jardines.
También habrá sin duda querubines
¡Tiene de todo esta ciudad de Hadas!
Mas le faltaba, entre sus moradas
y sus múltiples parques de albaicines,
un gran caballo de broncíneas crines.
Vino ya, sobre piedras bien talladas.
Es San Jorge llegado desde Europa
para vencer, montado en su corcel,
al diablo también en esta orilla.
Pero un Castillo en esta grande villa
precisa un Caballero como él.
Le prestas tu apellido y tu copa
¡para juntos brindar por la Victoria
de Cristo en Nueva York y darle gloria!
Alfredo Rubio de Castarlenas