Tajo II

 

Soneto al Tajo en Cuenca

 

Como ves, río largo, te seguimos

aguas arriba. Al verlas ya tan claras

y tan espejo fiel del Cielo avaras

con más ardor tus fuentes perseguimos.

 

No te enfades que son tan sólo mimos

¡Tajo! para que nos hagas caras

esas aguas que fluyen en tus jaras

y que todos, en sueños, ya bebimos.

 

¡Oh río que te hundes en la tarde

en medio de esta tierra fiel que arde.

Pero hay un vientecillo que a la sombra

 

refresca el corazón en este año.

Mientras tus aguas brillan en el baño

de este ignoto lugar que nadie nombra!

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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