FiiT        +

 

Soneto

 

 

Gozaría al reveros uno a uno.

Despedirnos así, con toda calma

antes que el cuerpo quédese sin alma

y no pueda oíros ya a ninguno.

 

Que todos vuestros nombres, yo aúno;

con ellos formo una bella palma.

De todos acordarme es lo que calma

mi soledad que crece, y mi ayuno.

 

¡Hijos míos, amigos míos! Pronto

–según me dicen y yo mismo creo–

he de pasar por el ansiado ponto

 

a la otra orilla de la contingencia.

Sólo en Dios me confío y me recreo.

Reviviré a pesar de mi indigencia!

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

Comparte esta publicación

Deja un comentario