En el 12 de Agosto del 87

(con el choque de todo “lo natural y lo sobrenatural”)

 

Santa Clara de Asís ¡hazme dormir!

que la noche ya va de amanecida.

Soñé despierto y luego hasta conté

muchas estrellas. Nada me decían.

 

Cansado estoy de ayer y de mañana.

Pon nueva luz en mi alma y mis pupilas,

un poco de sosiego en mis afanes,

claridad en la mente oscurecida,

fuerza en las manos para que no cesen

de trabajar con gozo cada día,

nuevos deseos que de pie me alcen,

latido al corazón para que siga

no tan sólo viviendo, sino amando

incluso a las personas enemigas.

 

Mi buena Santa Clara, yo también

te felicito hoy con mi alegría.

Supongo que los santos igual tienen

un santo protector en su hornacina.

Si duda el tuyo fue tu San Rufino,

Lucero esplendoroso de la Umbría

que hoy celebra asimismo su gran fiesta

en la alta Catedral de la colina.

 

Venid los dos ahora, a ayudarme

que esta noche no duermo, y la vida

noto que se me va poquito a poco

por los regueros de esa luz tan tibia

que se van dibujando por el campo

muy en silencio en esta amanecida.

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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