No hace demasiados años, las autopistas que sustituían a las carreteras clásicas de dos direcciones eran una novedad. España –según las estadísticas- es actualmente el Estado que tiene más kilómetros de autopistas y autovías por habitante. Naturalmente, hay países que tienen más cantidad de kilómetros de esta nueva concepción del tránsito, pero también están mucho más poblados que el nuestro. Hoy en día, la inmensa mayoría de gente conoce estas autopistas y ha viajado por ellas.

Pero, ahora, se habla de otras autopistas; éstas, dentro del mundo de la informática. Su desarrollo será incluso mucho más rápido que el que tuvieron las autopistas para la circulación de coches y camiones. En primer lugar, porque son más fáciles de construir que las primeras. Y en segundo lugar, porque sus efectos en la vida cotidiana del mundo tienen una repercusión aún más grande.

La aparición y desarrollo de esta novedad ha sido tan rápida, que aparte de un grupo de gente –ciertamente poco numeroso–, la inmensa mayoría de hombres de la calle tenemos ideas muy confusas de qué son en realidad estas autopistas de la información, de hasta dónde se ha llegado ya con ellas y, más aún, del inmenso horizonte que tienen por delante en el mundo de la técnica y de las consecuencias que suponen para toda la sociedad.

Pedimos a los invitados especiales de esta Cena Hora Europea que, con su gran conocimiento del tema y con sus dotes de exposición, nos expliquen los entresijos de este gran avance de una manera asequible para los que somos profanos en este campo.

Alfredo Rubio de Castarlenas

Publicado en:
Revista RE, etapa 4, Nº 38, julio de 1996.
Propuesta para el coloquio de la 105 Cena Hora Europea en Barcelona.

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