Mañana, por la mañana,

que saldrá el sol lleno de hombría

y abrirá capullos blancos

con sus rayos de lascivia.

Mañana, por la mañana,

saldrá un sol, de manzanilla

y su luz se quebrará

por los rincones y esquinas

que hay en tu patio moruno

de blancas paredes límpidas.

 

Mañana al tocar las doce,

cuando sea mediodía,

relucirán los metales

de las piedras saldrán chispas

¡sol que quema, sol que funde

es el sol de Andalucía!

 

Mañana al atardecer

cuando el sol se crucifica

en ramas de limoneros

irás tú a tu celosía…;

me esperarás; yo no iré;

¡no volveré más, mocita!

… y es que me han dicho una cosas

–cosas que yo no sabía–

¡que tenías que ser tú

quien tenía que decírmelas!

… Mañana al morir el Sol

irás tú a tu celosía…;

me esperarás; yo no iré;

¡no me esperes más, mocita!

Quizás llores de amargura

mientras hagas canastillas…

¡pero es que me han dicho cosas

… que más vale no las diga!

(¿Por qué no me las dijiste

sabiendo que te quería…?!


Mañana al atardecer,

entre valadres y espinas

se morirá el Sol, sangrando

por nuestra pena ¡mocita!

      _______ ¡¡¡¡¡

 

Mientras tú muy lentamente

tejerás tus canastillas

y yo dejaré volar

mis manos de guitarrista.

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

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