A Fray Donato
Isola Tiberina
¡La antigua devoción de Fray Donato!
La Virgen de la Lámpara en el puente
que une el cielo en la tierra del doliente
con el “Cielo sin fin desiderato”.
Díjose en la dificultad: yo abato
la tentación que se me ponga enfrente
con esa ayuda orante omnipotente
de la luz de María que yo acato!
Vuelve la paz inmensa al corazón
después de recitar esta oración
aun sin palabras, recoleto y solo.
Hasta el “fiume” es más tornasolado
y el rostro de María iluminado!
y la mente se duerme ya sin dolo.
Alfredo Rubio de Castarlenas