A VOSOTROS (los de la Casa de Santiago)
Ya cincuenta años desde aquella tarde
de súbita sorpresa y hermosura;
su nitidez y claridad aún me dura
y recordando, el corazón me arde.
Durante tiempo me sentí cobarde
mas anduve con paz por la espesura
de guerras y de estudios sin mesura,
diciendo frente a todo ¡Dios me guarde!
Hoy por la Gracia es bella realidad
lo que era sólo anuncio inexplicable.
¡Mi tesoro escondido y custodiado!
Veros es mi única felicidad,
una dicha sin par toda inefable.
Con vosotros aquí, estoy colmado.
Alfredo Rubio de Castarlenas