CASI NO TENGO

 

Casi no tengo,

no tengo nada.

Sólo un poco de vida

que me atardece sin pausa.

Recuerdos: muchos,

muchos como en un arca

en el desván oscurecido

de mi mente agobiada.

Tengo también ¡quién lo diría

teniendo tanta nada!

como un cantar por dentro:

mucha, mucha esperanza.

En Ti.

En tu promesa.

En que me ayudas.

Qué alegría ser tan rico-pobre

al ir acabando de andar

paso cansino, mi jornada.

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

Comparte esta publicación

Deja un comentario