COLOMBIA, SEÑOR!

 

Hermosa puerta abierta es Bogotá

de Colombia. Llegar a este trozo

de paraíso, es sentir el gozo

de que un ángel está donde uno está.

 

¿Cómo haber puede tanta lucha acá

si el mirar de estas gentes es un pozo

de agua clara? Señor, calma el destrozo:

¡que llora tu Madre de Chiquinquirá!

 

Todo aquel que se acerca a este verdor

siente su alma en nueva primavera

cual la de aquí, que no es tibieza insulsa

 

sino mezcla de cálido y frescor,

de esmeraldas y orquídeas; de galera

entre mares ¡y un pueblo que la impulsa!

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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