Ser

 

Cierro la puerta.

Me quedo solo.

Me envuelvo de silencio.

Cierro los ojos.

Y me tumbo en la alfombra

y a poco…

 

La piel se olvida que algo la sostiene.

Me parece que floto.

Ni el cuerpo siento

ni siente él ninguno de esos poros.

No pienso nada.

Tan sólo

¡siento que existo! ¡Existo!

sin siquiera decir esta palabra

y poco a poco…

***

Como olas suaves en la playa,

sube a la mente y se hace pensamiento

este existir en medio de la nada.

¡Soy! Aunque la palabra casi estorba

para sentir lo que sentimos en la entraña.

Sólo es un grito

en la garganta:

¡Soy! y antes no existía…

Qué sorpresa en mi ser, de ser. Qué calma.

 

De un brinco, uno

sin saber por qué, se levanta.

Casi de un golpe,

reabro la ventana.

Se renace a la luz

que fuera,  esperaba.

 

Y veo el Sol, las cosas,

¡todas hermanas

en la existencia!

Cada mañana

los hombres, sean quienes sean

pueden sentir lo mismo en la alborada:

¡existo! ¡existo!

Luego, en la vida larga

nos habremos moldeado muy distintos

pero todos tenemos el común tesoro

que nos vive y exalta.

¡Ser ser!

 

Somos cimas muy altas

en medio de lo ignoto.

Nada nos falta

para ser algo

en vez de nada.

Para ser algo en medio de los tiempos

que pasan.

Y este existir

¡qué estallido de luz en las miradas!

Enlacemos las manos con gran gozo

para empezar la danza

***

¿Y qué misterio nos sostiene

en esa plaza

del ser que somos que no era?

Esa agua clara

de estar siendo ¿quién nos la dio?

¿… Y ese temblor que sube como hazaña

y da vida a  la vida?

¡Oh misterio que nunca acaba!

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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