Soneto a mi Custodio
Mi buena Catalina, ángel guardián
que vigila constante mi andadura
y hace suave la vereda dura
entre gentes que vienen y que van.
Cuando las siete las campanas dan
ya ha puesto todo en orden con premura
para empezar la nueva singladura
de cada día alcanzar su afán.
Catalina, venida de los mares,
es capaz de la espuma hacer collares
siendo a la vez pacífica y profunda.
Y va para su Casa celestial
con silencioso paso terrenal
pero con firme vocación rotunda¡
Alfredo Rubio de Castarlenas