Soneto a Nuestra Señora de la Alegría
Nuestra Señora:
En las alborada ¡qué contenta estás
de este Domingo de Resurrección!
Ayer, tan sólo tú en toda Sión
tenías la Esperanza clara. ¡Más:
al fin tú misma te arrancabas, las
siete espadas de tu albo corazón!
Sonriendo. Oyendo un nuevo son.
¿Dónde María, hoy, tan rauda vas?
A un Encuentro seguro, anunciado
desde siglos. ¡Ni Pedro tiene fe!
Tú lo presientes ya en toda tu Sangre.
¡Oh Cristo de la tumba bien alzado
sólo en tus llagas rojas, aún se ve
la pasión. ¡Mas no hay ya, quien te desangre!
Alfredo Rubio de Castarlenas