SONETO ANSIOSO A DIOS

 

Casi me da vergüenza de vivir

cuando ya tantos compañeros míos

han ido a aquella mar donde los ríos

de nuestra sangre dejan de existir.

 

Sí; casi me molesta no morir.

Oigo: “los de tu época uníos!”

Tengo ansia de hacerme (sí?) los avíos

–poca cosa es precisa– y partir.

 

No es que no me guste esa mi vida

que un día me donaste como flor

y ha ido madurando bien servida.

 

Querría las dos cosas: vida y muerte,

que eso es quizás el celestial amor:

¡tenerlo todo y además tenerte!

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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