SONETO NAVIDEÑO,
Con estrambote de persistente rima.
Parece que las cosas y la gente
se remansan llegando Navidad.
Una pequeña luz de Caridad
nos titila en el fondo suavemente.
Uno a todos, saluda sonriente
y hay un eco de paz en la ciudad.
Viene de lejos, de lejana edad,
mas siempre fresco, íntimo y clemente.
¡Oh, Navidad! Milagro sostenido
de año en año y centuria tras centuria:
Vivo grano de trigo enternecido,
un granito de sal y luz de estrella.
Huyó con gran pavor toda la furia
y así la noche quédase aún más bella.
Y en el dulce silencio del relente
en esta cómplice nocturnidad,
¡Gloria a los cielos –se oye de repente–
y a los hombres de buena voluntad.
Alfredo Rubio de Castarlenas
Publicado en Espacio Abierto nº 150, en 1997. Ámbit de Investigació i Difusió Maria Corral