Y YO, ME MORIRÉ
Y yo, me moriré
y las grandes peras de agua
cada septiembre
irán llenado de maravilla
la boca de los niños.
Y yo, me moriré
y en las tardes de lluvia y de tormenta
después, se colgará
de la mirada el pasmo gozoso
de contemplar en el cielo húmedo
el arco iris.
Y yo, me moriré
y jugarán de nuevo
a perseguirse y a esconderse
la luna y las estrellas,
el Hombre y su esperanza.
¡Qué hermoso que aunque yo muera
todo en el universo
seguirá rodando como siempre
de amanecer en amanecer!
Así podré marcharme, de puntillas,
tranquilo
a gozarte, Señor.
Alfredo Rubio de Castarlenas