A Juan Miguel, en este 11 de agosto del 87

que barriendo la capilla

se hirió al erguirse, con la peana del Sagrario.

 

 

Mi buen amigo: hoy es Santa Clara.

La sueño en San Damián sentada al coro

mientras en la Porciúncula yo moro

(fratello de desconocida cara).

 

Dejó su cabellera sobre el ara

y con Francisco derrotó al oro.

Dios en mano venció también al moro.

¡Qué brava es la santa que te ampara!

 

Por la mañana te ha estigmatizado:

ha puesto tu cabeza bajo palia

de roja sangre. ¡Daba pena verte!

 

Por tu sangre, luz que ella ha derramado

y la valiente claridad de Eulalia,

tendrán las Claraeulalias ¡alma fuerte!

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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