Soneto a Salamanca y a Esperanza Hernández   [Conocida como Panchi]

 

Oh años de estudiante en Salamanca!

que me hacen desear cuando la dejo

volver junto a su río, cuando viejo,

y al sol poder jugar a la petanca.

 

Su silueta dorada y gris, se estanca

en ese Tormes que es su dulce anejo.

Sin sus doctos saberes –vino añejo–

España iría por el mundo manca.

 

Esperanza, de la Alba salmantina,

al pairo de Teresa el alma afina

y así cuida a su madre con ternura.

 

Va repartiendo el don de la alegría

con sus quehaceres y su poesía

y eso le acerca a la divina Altura!

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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