Soneto pensando en la muerte con humor
Cuando muera, me harán un ataúd
con mis justas medidas, estirado,
el cuerpo al fin veráse relajado
en postura de dulce beatitud.
En cambio en vida, una longitud
de vida nunca pude haber gozado,
ni en bañeras ni en lechos que me han dado,
siempre encogido en álgida actitud.
Por lo visto en el mundo regatean
el espacio vital, todos gatean
camino de la muerte liberante.
Por fin el ataúd, puerta del Cielo,
hará real aquel humilde anhelo
de estar a nuestras anchas y tan altos(?).
Alfredo Rubio de Castarlenas