Soneto
Mi antigua casa, que tampoco era,
fue la nada, un día salí al ser.
¡Qué alegría al sentir, oír y ver
tanta hermosura de mi primavera!
¡Cuánta sorpresa da un día cualquiera!,
las estrellas, el sol, querer querer,
los amigos o un atardecer.
¿Tanto don es real o es quimera?
Acabada la fiesta he de tornar
seguramente a casa sin recuerdo
a pesar de no ser, un día he sido.
¿Acaso Dios por ello me ha de amar
y justo cuando crea que me pierdo,
será el empezar del ser que pido?
Alfredo Rubio de Castarlenas