¡Que se me escapan los días

como el agua entre los dedos!

Las jornadas se hacen breves

y se me las lleva el viento.

 

Sólo las noches son largas

–todo sombras y misterio–

¿dónde se me van los días?

Los busco y no les encuentro.

 

Tan sólo siento las noches.

Las noches tan sólo siento.

Pegadas la una a la otra

el día parece un sueño.

 

¿Por qué la luz hace cortas

las mismas horas del tiempo?

¿por qué la oscuridad largas

que casi tocan lo inmenso?

 

¿Por qué Señor, en los días

apenas yo te recuerdo

y te veo tan cercano

en el oscuro silencio?

 

Tan dentro, dentro de mí

que a veces das hasta miedo?

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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