Soneto reiterativo en “oro” y prolongado con estrambotes de admiración.
A Pepe Barrenechea, hoy, 15-IX-88
Recién cumplidas nupcias de oro,
ochenta años alcanzas buen amigo.
Nos ves gozosos por estar contigo
pues viviste tu vida sin desdoro.
En estos campos (donde, huido el moro
por sus montes de pámpano e higo,
se levantó la Murtra –esbelto trigo–
que transparenta a Dios por cada poro)
Y en esta tarde, junto a tu Angelina,
juntos formamos un alegre coro
para felicitarte ochenta veces
mientras tu alma, más y más se afina.
Has vencido los años con decoro.
Y sólo ansiando el Cielo, atardeces.
Tus cuadros son la huella de tu paso
por este mundo que es de barro y raso,
y en cada pincelada los enalteces.
Y tus versos son siempre clara luz
que nos marcan el camino, paso a paso,
hacia el Cielo ¡oh, faro de la Cruz!
Alfredo Rubio de Castarlenas