Paz y Alegría
A mí
A vosotros
Divertimento
Soneto a Colón,
imperfecto y con asonancia
Yo bien querría hacer un monumento
al hombre ignoto que afirmó primero
–y no dudo sería un marinero–
lo que veía y pareciole un cuento.
Del agua el torbellino en un momento
–grasando el Ecuador en su velero–
cambiaba de sentido ¡oh qué misterio!
En puertos lo decía: ¡no miento!
Como un niño, en los barcos, he observado
en los solemnes cambios, asombrado,
en los pequeños lagos de mis baños.
¡Qué atento, qué sagaz, fue nuestro hombre
que en este mundo, nadie sabe el nombre
más su hallazgo perdura por los años.
Alfredo Rubio de Castarlenas