Soneto a Lalo

 

 

Casi no te conozco, ¡cuánto Lalo has crecido

y te has hecho muy guapo

y muy bueno me han dicho.

Yo me voy por un tiempo del hermoso Hermosillo.

 

Para que no te olvides nunca de tu padrino

este reloj te doy con ese nombre escrito

Así, cuando me muera, y caiga en el olvido

de mucha y mucha gente te sentirás conmigo,

 

llorarás por mi alma aunque sea un poquitito.

Te oiré yo desde el cielo y pediré

a Cristo sea Él en tu vida tu remejor amigo.

 

Gracias por ese viejo de porte tan sencillo

que tú me has regalado y que llevo en mí mismo.

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

Comparte esta publicación

Deja un comentario