Fiit

 

Soneto birrimo

 

En casa

 

Nadie tuvo una entrega tan constante

a la entrevista voluntad divina

como ésa valiente peregrina

que fuera en toda su existencia Tante.

 

El Sol nos guía desde el levante

hasta que suave al fin, su luz declina.

Dios fue este Sol que hoy también se inclina

a ella, siempre quieta y siempre andante.

 

Seguro que en el Cielo, Tante afina

su nuevo y pleno amor de recia encina

plantada en el solar del Dios amante.

 

Tante en Casa, merece una hornacina

pues su presencia aún nos ilumina

para que Dios no esté nada distante.

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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