FIIT +
Tengo nostalgia de ese paraíso
que es la República Dominicana.
Es tanta su Belleza Soberana
que de nuevo volverte a ver preciso.
En el mar del Caribe es un narciso.
No hay un palmo jamás, de tierra vana
y sus altas montañas son peana
de ese cielo que Dios ponerle quiso.
Las gentes lo reflejan en sus almas
al igual que tus ríos y sus ?
mientras el viento canta entre tus palmas.
El reflejo de Dios, aun sin saberlo,
¡si la dominicana!, tú confiesas.
Alta Gracia en Iguey nos dé el prenderlo.
Alfredo Rubio de Castarlenas