Tajo

Enfermo

y el general

 

Soneto

 

Ya bien quisiera ser un instrumento

lleno de gallardía y libertad

pero a la vez con gran docilidad

como los astros, luz del firmamento.

 

No querría oírte ni un lamento

de mi libérrima fidelidad

que bien se yo, que sólo en tu bondad

hallo mi ser, mi bien y mi contento.

 

Espanto da tener libre albedrío

más contigo, no temo soportarlo.

También sé, que Tú mismo estás en mí.

 

Si el viaje es largo, Tú, (ya) eres mi avío

y harás que nadie aquí, pueda robarlo

¿pues qué haría Señor, solo, sin Ti?

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

J. Miguel: después de escribir el Soneto, me arrodillé ante la Virgen (aquélla del 2 de febrero) y le pedí hazme dormir! tengo sueño, estoy cansado.

Y…

 

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