Tajo III

 

Soneto, Peregrinando!

 

¡Oh río Tajo! ¡Ya! ya te hemos visto

nacer bien chico de ese manantial.

Junto a ti, en un grande pedestal

un gigante nos sale de imprevisto.

 

De alta profecía le revisto

de que será muy grande tu caudal.

Tu vagido, oímos auroral,

que alegre iba diciéndonos: ¡éxito!

 

No sabemos ahora a dónde iremos.

Si acaso sólo en sueños te veremos

o si otra vez te vamos a encontrar.

 

Nuevos ríos quizás, aguas arriba,

nos lleven como tú hacia la riba

del Cielo al que queremos bien llamar.

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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