Tajo IX
Soneto al Señor
En la amplia cúpula del Cielo claro
no hay hoy, ninguna nube que lo agrise.
Este paraje que ya tanto quise
de un alto sueño, otra vez es faro.
En su silencio el corazón me aclaro
y pido a Dios que con amor me avise
de dioses falsos. ¡Que a El, sólo, precise!
Y en esa solitud ya no me azaro.
Bien cumplo hoy setenta y dos añadas!
Son muchos los caminos y cañadas
que por el mundo ansioso recorrí.
¿Más acaso ha servido para algo?
Lo bueno, era tuyo. Nada valgo.
Tampoco sé si gloria he dado a Ti!
Alfredo Rubio de Castarlenas