Tajo VII

 

Soneto

 

Desde la fuente del más largo río

a la más ancha desembocadura

de río alguno, en la tierra dura

de nuestra piel de toro, tan bravío

 

hemos llegado sin ningún avío.

Mas nueva buena gente ya procura

no acabemos sin paz esta andadura

y podamos decir: “de Dios me fío”.

 

Aquí me regalasteis de Tortosa

un “azul antifaz para mis sueños”

(¡Si fuera cual el Cristo de Lahosa

 

–ese mismo pintor de la Fontcalda

manantial de existencia ya sin dueños–

y no dándole a Dios, nunca la espalda!)

 

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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