FiiT +
Soneto (con ligera licencia de asonancia)
Cuando vienes, Señor, amanecido,
me encuentras agotado de esperarte.
No sé los buenos días cómo darte
porque acaso aún estoy medio dormido.
Ya querría tener bien encendido
mi corazón y así no disgustarte.
Y estar firme de pie para abrazarte
mas comprende que voy desvanecido.
¡Oh si hubieras venido cuando el filo
de media noche! Hubiera estado en vilo
y bien despierto para recibirte.
¿Por qué tanto y tanto te has tardado
y a que saliera el Sol, has esperado,
si ya eras mi sol antes de irte?
Alfredo Rubio de Castarlenas