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A Rafael que pide le haga un Soneto a santa Eulalia antes de irme.

 

¡Santa Eulalia de nuestra Barcelona!

De los que oran a ti, amiga buena.

Escuchas su alegría y su pena.

(Lo cuenta Cristo y ella bien lo abona

 

y así Jesús, aún más todo perdona.)

¿Cuándo celebraremos la Gran Cena

del Señor, ya en los Cielos, y no ajena

tu cercana presencia en la Hora Nona

 

de tu vencida muerte, y en la Prima

de su Resurrección sin fin gloriosa

en el Jardín donde ya nadie gima?

 

Tengo ganas de verte cara a cara

pues nos ayudas tanto en cada cosa.

¡Y ver también tu amiga Santa Clara!

 

 

Con gran afecto y absolviéndote de tu insistencia

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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