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A Pepe Agis
Soneto
Has dejado en la Ermita buena huella.
Las flores manifiestan tu cuidado;
el jardín no se siente ya olvidado
y hasta la Ermita, sábese más bella.
(¿Soñando acaso, oíste la querella
de esas flores en suelo resecado
por el salitre y sol, y un abogado
quisiste ser para su buena estrella?)
Te traigo cordialísimos saludos
de esas plantas que son agradecidas,
como también de aquellos muros mudos
que te hablan elocuentes por sus grietas.
¡Todas las flores sueñan con tus idas!
Y te aman tanto, porque las respetas.
Con todo efecto mientras cruzamos –ya se ve en lo tembloroso de estas letras– el maravilloso Puerto de la Virgen yendo a Albox al atardecer.
Alfredo Rubio de Castarlenas