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Soneto
Los padres de la gente me parecen
cual semidioses, porque han creado
a mis amigos y los han criado
para hacerlos personas que aún crecen.
Dioses buenos que hasta que perecen
no abandonan su amor y su cuidado
¡Qué fuerza el mismo Dios les ha donado
que del todo en los hijos no perecen!
Sin ellos mis amigos no serían
¡qué solas mis mansiones estarían!
y que gran solitud en mi vivir.
¡Oh, padres! yo os bendigo y también creo
lo hace Dios. Para Él es un recreo
de ellos un día el Cielo concebir.
Alfredo Rubio de Castarlenas
