FiiT +
Soneto con estrambote
Los perros ladran ¡y cuán bien lo hacen!
Ruge el león. Las avecillas pían.
Pero en cambio, ¡qué mal resonarían
las voces que en mi cuello se deshacen!
¿Acaso en algún sitio se rehacen
fuera de mí, mis notas y hasta harían
compases que con gusto escucharían
ángeles buenos sin que las rechacen?
Espero preguntárselo en el Cielo
pues yo me quedaría muy frustrado
ante esas aves, perros y leones.
¿Cuál será mi pecado que este anhelo
de alabarte, Señor, no lo logrado
cantándote afinado, mis canciones?
Alfredo Rubio de Castarlenas