Podernos reunir alrededor del sepulcro de santa Eulalia, mártir. Es curioso, la Iglesia en este recuerdo de la liturgia de los santos pone la fecha, no de cuando nacen, o de cuando ha pasado algo muy especial, significativo en la vida de esos santos. Lo general es convertir en fiesta precisamente el día de su muerte. Hoy celebramos también san Alfredo de Suecia, que era un premostratense que estaba allí dedicado a la meditación, a la contemplación, al estudio, y rechazó todas otras ofertas que le ofrecían en su país para ser rey, porque era hermano del rey que acababa de morir. Lo rechazó para poder seguir en esa vida de contemplación del Señor.

 

Estamos reunidos aquí junto al sepulcro de santa Eulalia, que se convierte en fiesta el aniversario, 12 de febrero, que es curioso, hoy por radio, por la mañana, el locutor se ha equivocado y ha dicho: hoy que es 12 de febrero. ¡Hombre, no, es 12 de enero! Pero bueno, es una buena (¿suerte?), este avance de fechas. Y recordamos hoy convertido en fiesta, la muerte de Tante, de nuestra entrañable Tante que tanto hizo por todos vosotros, por todas vosotras, toda su vida con su ejemplo, su espíritu de servicio, su mansedumbre, su abandono en el Espíritu Santo y, por lo tanto, el abandono también en vosotros en los últimos tiempos tan necesitada de ayuda, y hasta su muerte. Es un misterio en la liturgia que convierte en fiesta los aniversarios precisamente de la muerte, ¿por qué?, porque es el nacimiento definitivo en el Reino del Señor, en el Reino de Dios, en las puertas ya del Cielo. Naturalmente que es una gran fiesta. Cuando eso ocurre, la gente que aman a esa persona siente su separación, se sienten huérfanos, un gran vacío en el convivir diario; pero pasado un tiempo, sosegado el espíritu y este dolor tan lógico, sin embargo se vuelve el corazón a tener a estas personas más cerca todavía confiando en su intercesión, confiando intrépidamente en esa intercesión de esas personas ya en presencia del Señor. Pues bien, en esta Eucaristía que hoy celebramos, como todos los 12 en honor, no aniversarios sino censatarios, de santa Eulalia, pues pidamos por mí que me llamo Alfredo, que es el santo de hoy, san Alfredo de Suecia; pidamos por Joe, su aniversario de nacimiento; y pidamos sobre todo, que sepamos ser intrépidos para vencer todas las dificultades, soportar todos los dolores, todos los sufrimientos que quiera enviarnos el Señor para nuestra purificación y nuestra cercanía también a veces, que es incomprensible, pero eso nos hace sentirnos más cerca todavía del Señor en sus sufrimientos.

 

Pidamos pues la intercesión de Tante, que nos ayude a seguir ese camino del Señor que está lleno a veces de dificultades y dolor, pero que siempre lleva a la luz, a la alegría, a la paz y al gozo.

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

Homilía de 12 de Enero de 1995 en la cripta de la catedral de Barcelona

Comparte esta publicación

Deja un comentario