A Ángel Sánchez

 

Santa Juana de Arco ¡y de Francia!

Hasta estas tierras verdes de encinares

y de trigos mayeros –verdes mares–

de Aldeaseca, llega tu fragancia.

 

Tu casa es para ella dulce estancia

después de sus guerreros avatares

y de la crueldad de los azares.

Aquí, con la paz, da el pan y el vino escancia.

 

Que tu intrépida Santa, todo el año

te defienda de todo artero daño

y te guíe en seguir siempre al Señor.

 

Su espada es una llama destructora

del Mal y es a la vez luz conductora

y Fuego que transmite el Alto Amor

 

Alfredo Rubio de Castarlenas

 

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