MI BUEN MARTÍN DESCALZO
Mi buen Martín Descalzo,
desde Roma a ahora
¡cuánta distancia andada,
cuánto Concilio!
pero el dolor de dentro
siempre lo mismo.
¡Cuánto me alegra que quedaras
de aquel verso tan-bien-herido!
No imaginaba
que aquellos versos
te hubieran tan herido.
Sobre las tablas
–bien barajando tiempos y lugares–
el drama de este hombre
que nadando contracorriente
quiere recuperar
sus hijos no nacidos.
Tres años antes
¡todo distinto!
Y cuando ella le miente
en vez de ganarlo
todo perdido.
Yo decía –¿te acuerdas?– “Estos hijos
de mis manos bautistas,
perdonadoras
y dadoras de pan.”
Esta noche he sufrido
viendo, sintiendo, a tu
bucear en la noche sin encuentro
escoger mi retorno,
una carrera inútil
tras de lo inexistente:
aquellos seres posibles de tres años antes
que no serán, ni son, ni han sido.
El segundo acto ¡qué pena!
lo aplaudirán el “Que pasa”.
y el “Cruzado Español”:
¡ya lo decíamos!
«sacerdote in aeternum»
justo castigo!
No imaginaba
que aquellos versos
te hubieran tan herido.
Sobre las tablas
–bien barajando tiempos y lugares–
el Drama Juan, del hombre sin sosiego
atropellado por un tren que no llegó
quiere contracorriente
recuperar sus hijos no nacidos.
¡Qué bucear inhóspito
en la noche amorosa!
Tres años antes
¡todo distinto!
Y cuando ella le miente
en vez de ganarlo
todo perdido.
Y escribía –¿te acuerdas?–
“hijos de mis manos bautistas
perdonadoras
y dadoras de pan”
Esta tarde he sufrido
viendo, sintiendo, tu polichinela
de dolor (?) e invisibles hilos
escoger un retorno,
una carrera inútil
tras de lo inexistente,
aquellos
que no serán, ni son, ni han sido.
Mi buen Martín Descalzo
desde Roma a ahora
cuánta distancia andada,
cuánto Concilio ¡vivir, vivir, vivir!
pero el dolor de dentro
siempre lo mismo!
¿Cuándo sabremos el saber amar
antes de entrequerer
ser creativos?
Bendita Humanae Vitae
que nos lo ha dicho.
¡Cuánto me alegra que quedaras
de aquel verso “tan bien herido”!
Alfredo Rubio de Castarlenas