SONETO –MITAD RECUERDO, MITAD CARTA– CON ESTRAMBOTE,
PARA ENVIAR A ALBERTO JIMÉNEZ OJEA A ECKERSBACH
Alberto, ¡buen Jiménez que me Ojea
siempre con amistad y gran aprecio!
Te enfada el ver mi vano menosprecio
a la salud que tanto me cojea.
Fiel roedor de mi conciencia fea
ante tantos consejos que desprecio
sin nada agradecer el alto precio
que me otorgáis aunque no lo crea.
Estás en Alemania entre las brumas
mientras viajo. Noto el gran vacío
que con tu cuido, angélico, me abrumas.
Andante caballero del Señor:
el mensaje de Cristo –que es el mío–
¡predica por el mundo sin temor!
Y cada vez más lejos de ti mismo
(aunque amar te dejes) con vigor,
te logras crecer en altruismo.
Alfredo Rubio de Castarlenas