FiiT +
Por qué lloro al pensar estoy muriendo
si sé que Tú me esperas al volver
la esquina de esa calle que ya veo
de vez en vez más corta y más estrecha
cuando la miro desde mi balcón.
Pero sé que en aquel próximo cruce
empieza la avenida con tu Nombre
que adivino anchurosa y mucho sol
y Tú en la misma esquina aunque oculto
por ella, esperando mansamente
desde siglos y siglos sin cansarte
a que llegue este día del encuentro.
¿Qué dejo atrás para ponerme triste?
Nada importante. Lo único que vale
son las imágenes vivientes
de Ti, esos que han sido más amigos.
Pero ¡si ahora ya estás Tú mismo
para esa citación tan esperada
y has llegado primero, impaciente
de verme y de llevarme a tu Reino!
Aunque mi carne va quedando aquí
como un vestido viejo, sucio y roto,
tus ojos milagrosos me verán
todo entero, con gozo y esplendente
pues lo que es más real en tu universo
es lo que ven tus ojos creadores.
Hazme el don, más y más, de tu alegría
a medida que avance en mi calleja
¿quien dijo que era corta? La contemplo
de vez en vez más alargada
y me canso, me canso
de andar por ella!
Alfredo Rubio de Castarlenas